Tras ello, hemos tirado millas de nuevo para visitar el bonito pueblo Niagara-on-the-lake y varias de las muchísimas bodegas que hay aquí. ¡Sorprendente! Un lugar con viñas y cutura del vino tan al norte es algo bastante desconocido. Y lo mejor es que tras hacer una buena cata en una de las bodegas hemos visto que los vinos son realmente muy buenos. Estos canadienses son curiosos.
Bien, y por último, hemos llegado a Toronto -o Torono, como dicen por aquí- donde hemos subido a la gigante CN Tower de 563 metros. Alucinante, las vistas y lo mejor el suelo de cristal. Al principio hay que echarle valor para atreverse a pisar por él, jejeje ;)
Bueno, mañana visita más completa a la ciudad y ponemos "proa" a Montreal.
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