Hola! Tras llegar anoche a Puerto Iguazú (volando desde Calafate con escala en Buenos Aires) hemos cambiado totalmente el "registro". Hemos pasado de los campos áridos sin árboles de la zona de la Patagonia donde estábamos, a la exuberante vegetación y la selva de Iguazú. Estamos alojados a un simple paseo del punto del mapa en el que confluyen tres países: el lugar en el que hacen frontera Argentina, Brasil y Paraguay. Es decir la desembocadura del Iguazú en el río Paraná.
Esta mañana hemos disfrutado de una experiencia única, la de ver, oler, escuchar y sentir las gotas en la piel de una de las siete maravillas naturales del mundo: las cataratas del Iguazú. Las hemos recorrido a través de un sistema de pasarelas estupendo que los argentinos han montado, y todo es sencillamente espectacular. La Garganta del Diablo es simplemente sobrecogedora (brutal la cantidad de agua que cae con una potencia tremenda mostrando la increíble fuerza de la naturaleza), pero el resto de saltos se agua son también una cosa que jo se olvida. Todo ello además caminando entre la selva con la comodidad de un mero parque de ciudad. Si no fuera porque nos han contado que cada pocos años el agua arrasa con las pasarelas y se las lleva por delante uno podría pensar que está en un simple parque temático de Disney o algo así. Y por cierto, nuestra peque se ha portado como una campeona aguantando el calor, la humedad y demás. Qué buen día :)
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